Quedamos en llamarnos por teléfono pero mi manía por huir de los "problemas" hacía buscar una solución... ¿cómo faltar a la cita?
* * *
Platicamos por más de dos horas y en el sueño se hizo interesante (que así fuera en la realidad...). El lugar era como un bar o un circo (lo confundí un poco gracias a los payasos que nos atendían).
A continuación un fragmento del diálogo:
Ella - ¿Cómo dijiste que me llamaba? (algo furibunda).
Yo - Esmeralda, pero lo dije por tus ojos que así me lo recuerdan.
Ella - ¿Cuáles ojos? si no los tengo de ese color (algo más furibunda).
Yo - ¿Pero es que nunca has visto la esmeralda en bruto mujer?
Ella - ¡Olvídalo por favor! ya no quiero hablar de éso...
A continuación otro fragmento para demostrar que no sólo hablábamos de cosas vanas:
Ella - ¿Entonces te gusta la literatura?
Yo - Sí, he estado suscrito por dos años a la revista "Óoorale".
Ella - ¿Y que piensas de la poesía contemporánea?
Yo - Que está bien, mientras no la vea alguien todo está bien
Ella - ¿Y del amor?
Yo - Pues igual
Ella - ¿Te gusta el Roquefort en hojas de endibia?
Yo - Pero sólo con tortillas y salsa valenciana
No me acuerdo de qué otros temas interesantes platicábamos pero el caso es que me desperté como nunca: con tanta seguridad... por esta vez le hablaría por teléfono e iría a la cita.
Nota: Si alguien vió mi celular favor de avisarme ya que ahí tengo mi agenda con todos los contactos telefónicos. Gracias
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4 comentarios:
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Despertarse después de soñar con seguridad puede ser tan bueno como echarse ese platillo que mencionaban en la conversación
¿Qué pasa con esos cantos de sirena?
Mi buen Don Simón, tantas ganas del platillo tenía... pero ya conoces el infortunio
Saludos
El jueves yo iba a hacer un gran comentario sobre este post, pero no me acuerdo porqué no lo puse y ahora ya ni de él me acuerdo. Qué papanatas!!
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