miércoles, diciembre 22, 2004

Semblanza Garrapatera

Muchísimos lectores míos (que ya no caben en los comentarios) han querido conocer un poco de mi vida, quién soy o qué soy. Aquí les presento algo de mí para conformar sus ansias:

DE UN NACIMIENTO

Quiso la buena fortuna
desterrarme del Edén,
acaso yo pareciera
fruto del mal y del bien.

Dios me sacó tan deprisa
de un cielo antes de torcer
y mandóme aquí, a este mundo
para desdichas prender.

Febrero y Marzo peleaban
por quien me pudiera traer,
al fin me sostuvo Marzo
que está más loco que aquel.

Ni Roma, París, Nueva York
pudieron verme nacer,
más otra valiente ha sido
la que me ha visto crecer.

...

Puebla heredera de Ángeles,
que buena me cobija,
no es por buena, es porque quiere
un diablo para lidia.

Crecí con la suerte loca
que toda cosa buena
a la mala se suceda
y la mala así queda.

Oficio que menos yerro
es de buen alquimista,
convierto en deudas el oro
y en agua la sonrisa.

Pónganme sin rompevientos,
si quiere agua el labriego
y si mucho sol pretende
déjenme sin sombrero.

Si mis pobres ojos quedan
prendados de una dama
ya está de Dios que suceda
que tiene novio o casa.

Y si con lúgubre interés
una mujer me mira,
es el diablo quien despierta
a que vea con codicia.

Que si quiero tal capricho
tal sorpresa me llevo:
que hace dos o tres minutos
agotaron mi deseo.

No hay sopa sin una mosca,
ni mosca que no me estorba,
ni boleto que me premien,
ni premio que yo conozca.

Si encuentro algunas monedas
sin dueño que reclame,
unas van para los pobres
y otras a los fiscales.

El tiempo me empieza a sobrar
si es un día muy ligero,
pero dispuesto a terminar
si de tareas dependo.

Vinos y penas las hallo
como agua de tormenta
y con las dos me desquito
en las fieles tabernas.

Soportando mi infortunio
quise verme discreto,
aunque tú, un tanto soberbia,
allanaste el secreto.

Ya sabes lo que merezco
con tamaña adversidad,

al menos sé que poseo

tu recuerdo en mi humildad.

martes, diciembre 21, 2004

Patético bajo el claro de luna

Ayer me encontraba moribundo (casi) con una escandalosa fiebre y una desesperada meditación. No encontraba refugio ni consuelo con nada; ni ciprofloxacino, ni redoxón, ni naproxeno sódico, ni la muy recomendada salsa de taco árabe de Lajam lograban, siquiera, mediar mis dolores. Entonces intenté con la lectura, ¡claro!, un buen libro siempre es una tregua entre los nervios exasperados y la meditación moribunda; empecé con José de Espronceda... 10, 20 min. hasta topar con su poema "El reo de muerte":

Reclinado sobre el suelo
con lenta amarga agonía,
pensando en el triste día
que pronto amanecerá,
en silencio gime el reo
y el fatal momento espera
en que el sol por vez postrera
en su frente lucirá.
No muy recomendable para mi situación. Irremediablemente cambié de idea. Busqué algunas revistas y me encuentro en una de ellas con el nombre de "Carlos Fuentes", ahg! (no tengo un sólo libro de él) entonces me acordé que los comunistas torturaban a sus víctimas encerrándolas en un calabozo de 1 x 1 x 1 m. húmedo, obscuro y mal oliente y obligándolos a aprenderse de memoria cualquier obra de este señor (verdadero suplicio).
Por fin quise conciliar el sueño y tal vez con música lo podría lograr; escucho dos sonatas de Beethoven, la no. 8 en C mayor o "Patética" y la no. 14 en C sost. o "Luz de luna".
Patética significa, según el diccionario de bolsillo de García Márquez: (Del lat. pathetĭcus, y este del gr. παθητικός, que impresiona, sensible). 1. adj. Que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía. 2.- Pasta comestible y untable hecha a base de carne o hígado, generalmente de cerdo criado en Costa Rica.
Luz de Luna: No encontré el significado tal cual, pero quiero suponer que no es el nombre de alguna bailarina exótica de algún sitio muy recomendado por nuestro buen amigo "Gogui".
Al escuchar la primera sonata me aumentaron la fiebre y los escalofríos, así como un vano recuerdo de una vana melancolía. Me sentía tal cual su título representaba, como el cerdo ya enterado de su próxima visita a la empacadora. Aún así escuché toda la obra con un aliento masoquista. Pero al escuchar la segunda sonata mi ánimo y semblante se serenaron, igual que aquel vano esplín, tornándose en fiebre de 29.6º Reaumur. Mi mente se apeó en Hella y así fui perdiendo la noción hasta el siguiente día.
Escribo ésto como fiel testigo del efecto curativo y sentimental que tiene la buena música, también hay que añadir que la bloggterapia es un buen recurso.

miércoles, diciembre 15, 2004

Diciendo de qué cosa es morir

De una planta amarga me hice un té. Preparado en un pozo de muchas dimensiones por un obscuro profundo.

Me lo bebía pensando en el anterior, preparado en las mismas circunstancias... con el mismo ingrediente, a la misma temperatura y conociendo las póstumas consecuencias. Ya sabía el desenlace, aún así me lo bebí y aún así hasta el último trago que es el más amargo.

Suspiro por su aroma, su miel escindida que hizo el contrapeso a la hiel sentada. Es ver al sol cegar de ámbar, y volver al lóbrego y confuso sueño para sólo soñar.

Es como ver a la luna, es como ver a la noche...

viernes, diciembre 03, 2004

La Luna

Ya tenemos la primera colaboración en, N.R.D.A. de un artista que pidió la gracia del anonimato.

LA LUNA
Por: El hombre de hojalata

Es triste verla llorar,
la luna pálida en vela,
la noche inquieta se va.

La luna es cantar,
cantar bajo la plata encendida
y de entre sombras perdida
y por perdida callar.

La luna es mirar,
mirar, y perenne, al viento mirar.
Morir al nacer el alba,
con las estrellas, silente,
y ahogarse lentamente
bajo fulgores de gualda.

La noche puede lograr,
infiel y sin sentimiento,
ser rubí de un sol atento;
mudar y nunca mudar.

La noche puede gritar,
morosa a la luna herida
y darle la bienvenida
a la risa y la tristeza,
y pasar con entereza
de la tristeza a la risa.

Motivos hay de mudanza,
de nuestras almas esencias,
la luna noble presencia,
la noche vaga esperanza.

En esta triste semblanza
yacemos dos figuras,
con lágrimas enjutas
y trémolos en las voces;
es como ver a la noche,
y es como ver a la luna.
Es triste verla llorar,
la luna pálida en vela,
la noche inquieta se va.

Imágenes del corazón
presentes en nuestra razón.
En una noche de bruma,
plata de nuestro soñar,
la noche el temor esfuma,
la luna pronto se irá.

¿Quiénes somos, sin reproches,
amor mío? ¿la luna
o la noche?.

¿Eres la luna
que se cubre del manto?
¿y yo la noche
que observa tu encanto?

¿O soy la luna
esperando paciente?
¿y tú la noche
que me dejas ausente?

Es triste verla llorar,
la luna pálida en vela,

la noche inquieta se va.