miércoles, diciembre 15, 2004

Diciendo de qué cosa es morir

De una planta amarga me hice un té. Preparado en un pozo de muchas dimensiones por un obscuro profundo.

Me lo bebía pensando en el anterior, preparado en las mismas circunstancias... con el mismo ingrediente, a la misma temperatura y conociendo las póstumas consecuencias. Ya sabía el desenlace, aún así me lo bebí y aún así hasta el último trago que es el más amargo.

Suspiro por su aroma, su miel escindida que hizo el contrapeso a la hiel sentada. Es ver al sol cegar de ámbar, y volver al lóbrego y confuso sueño para sólo soñar.

Es como ver a la luna, es como ver a la noche...

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